martes, 21 de agosto de 2012

54 ICA. Mexicanistas y amazonistas: la cita vienesa.



54 ICA. Mexicanistas y amazonistas: la cita vienesa.

Ya han pasado casi 4 años desde que Viveiros de Castro fue invitado por el IIA-UNAM y por el INAH para impartir un seminario breve y una conferencia magistral para el 100 aniversario del nacimiento de Lévi-Strauss (noviembre de 2008). Desde ese entonces la reflexión sobre el multinaturalismo, las ontologías relacionales, la cosmopolítica comenzó a cobrar importancia en tierras mexicanas. Posteriormente, en 2010, la estadía de 4 meses de algunos de nosotros en el Posgrado de la UFRJ-Museo Nacional también sirvió para estrechar vínculos y programar futuras colaboraciones. En 2011 vino la mesa que que algunos amazonistas y mexicanistas organizamos en el “SALSA” de Belem do Pará, que llevó el título de Ejercícios de antropología intra-continental: México-Brasil. Lo de “ejercicios” tenía a que ver con la metodología incipiente y hasta cierto punto experimental subyacente a la comparación que quisimos presentar. En efecto, si bien no se trató de la primera confluencia antropológica en el marco de la colaboración entre nuestros respectivos países, fue una confluencia novedosa con respecto del enfoque particular ¾ontológico¾ que estábamos comenzando a construir. Y el primer escollo para superar fue justamente ese, el metodológico. ¿Qué diálogo instaurar entre regiones etnográficas y antropologías que se han sistemáticamente ignorado?

      Para quienes trabajamos la “cuestión ontológica”, priva ¾o debería privar¾ el interés por el “método de la equivocación controlada” (cfr Viveiros de Castro, en http://amazone.wikia.com/wiki/Introdução_ao_método_do_perspectivismo), confluencia de premisas conceptuales divergentes que al entrar en contacto supondrían una reformulación recíproca. Pero, cómo reformular los eventuales malentendidos entre nuestras respectivas antropologías (mexicanista y amazonista), sigue siendo un punto de discusión. Si algo nos ha enseñado la antropología levistraussiana a través del concepto de transformaciones es poner a dialogar lo que en principio parece escapar al diálogo por sus aparentes disonancias. Piénsese, por ejemplo, en las diferencias entre canibalismo y antropofagia sacrificial o entre consanguineidad y afinidad en la construcción de la socialidad; en la presencia / ausencia de una cosmogonía; la diferencia entre sistemas mitológicos, modos de producción, procesos históricos entre otras cosas.
      En el caso del 54 ICA de Viena, el diálogo que buscamos en Belem fue propuesto como tema general del Congreso: Construyendo diálogos en las Américas. Desde luego no hubo conexión entre una propuesta y otra; no obstante, la sintonía fue reconfortante ya que nos pareció retomar ese espíritu americanista que otros antropólogos trataron de impulsar en el pasado, entre ellos Lévi-Strauss quien, en La alfarera celosa, ya había planteado un esbozo programático: “Este intento de condensación de los mitos procedentes de los dos hemisferios ¾decía el antropólogo francés en una de sus últimas obras¾ es altamente conjetural. Por esto será dejada en el estado de esbozo, como un campo de investigación abierto para otros que puedan llenarlo con elementos más ricos y más numerosos”, sugerencia que en gran medida cayó en el vacío. Los amazonistas buscaron el diálogo en otras regiones etnográficas, principalmente Melanesia y como es sabido, gracias a Wagner, Strathern, Viveiros y otros más se produjeron convergencias teóricas importantes.[1]
El 54 ICA de Viena acaba de pasar. El simposio que organizamos ¾La humanidad compartida. Ontologías y transformaciones¾ con fines de puentear convergencias y divergencias antropológicas ¾una especie de dialéctica wagneriana al interior de nuestra propia disciplina y del americanismo que nos gustaría revitalizar¾ nos pareció sumamente positivo; lo percibimos no sólo en el salón de nuestro simposio sino también en los pasillos y en los bares. En las semanas previas al congreso decidimos hacer de este simposio un foro para el debate: 18 ponentes, 15 minutos para cada presentación (planteando un problema ontológico a partir de la selección de pocos datos emblemáticos) y 1 hora y media de discusión en cada una de las dos sesiones. Para el debate,  nos propusimos impulsar, desde la etnografía (léase, la "teoría etnográfica"), un americanismo crítico, que nos permitera repensar nuestra manera de hacer antropología. Dado el tema del simposio, sugerimos enfocar el debate principalmente sobre las transformaciones de los conceptos nativos de lo "humano", sobre la relacionalidad de este concepto (opuesta a la sustantivación); sobre lo humano como imposición de puntos de vista, multiplicidad de posibilidades o como posición fija. También sugerimos abordar el concepto transformación al menos en dos sentidos: A) transformación interna, entendida como cambio ontológico B) transformación sistémica: cómo un caso etnográfico puede ser la transformación de otros casos.
Sobre el concepto de humano, humanidad compartida y restringida, se presentaron, sobre todo el segundo día, varios criterios para definirlo; la buena distancia, el parentesco, el género, la moralidad, el habla y desde luego la agencia, la socialidad. Los mexicanistas (algunos de nosotros al menos) observamos que el leit motif de los amazonistas ¾la reversibilidad dialéctica depredador / presa¾ no es una preocupación extendida en todo México. La depredación puede abandonarse o articularse incluso con relaciones de protección. A eso apuntan la ganadería y el pastoreo en el norte del país, a un cambio ontológico, un paso a alguna forma de chamanismo vertical (sensu Hugh-Jones), que al igual que el sacrificio no siempre implica una pérdida de tensión de las relaciones interéspecíficas. Lo que tmb se redefine con la introducción de la ganadería, de la domesticación, son las relaciones con el otro, el blanco, el enemigo, y no sólo con los animales. Si en la Amazonia el contacto con el cristianismo (protestante) empobrece al chamanismo hasta desaparecerlo (desjaguarización; surgimiento de un yo interior; adecuación al código); en ciertas partes de México es incorporado, y en forma definitiva, a la cosmología del grupo, transformándola. Gracias al Diablo, al alma salvaje deja de ser inconstante sin perder el brillo que le es propio. Y sin embargo este Diablo es también capaz de estragarlo todo (la narcocultura, por ejemplo). En fin, puntos entre otros puntos sobre los cuales la reflexión está en camino.
(Carlo Bonfiglioli)



[1] Este diálogo se ha extendido  a los siberianistas y, en menor medida, con los americanistas del norte.  En estos últimos dos casos el chamanismo parece ser el eje principal de la reflexión.  

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